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...Así que voy a empezar hablándoos de lectura. Os voy a contar que las
bibliotecas son importantes. Voy a sugerir que leer obras de ficción, leer por
placer, es una de las cosas más importantes que uno puede hacer. Voy a hacer
una apasionada súplica para que las personas comprendan qué son las bibliotecas
y qué son los bibliotecarios, y para que se conserven ambas cosas...
Una vez, asistí a una charla en Nueva York sobre la construcción de
cárceles privadas, una industria de gran proyección en América. El sector
carcelario tiene que hacer previsiones para su futuro crecimiento: ¿cuántas
celdas van a necesitar? ¿Cuántos prisioneros habrá dentro de 15 años? Y vieron
que lo podían predecir con mucha facilidad, aplicando un algoritmo bastante
sencillito, basado en la pregunta de cuántas personas de 10 y 11 años no sabían
leer. (Y mucho menos leer por placer).
No es una relación sencilla. No podemos decir que una sociedad
competente en lectura no tiene criminalidad. Pero las correlaciones son muy
reales.
Y pienso que algunas de esas correlaciones, las más sencillas, provienen
de algo muy sencillo. La gente con buen nivel de competencia lectora lee
ficción.
La ficción tiene dos usos. En primer lugar, es una puerta abierta a la
droga de la lectura. La fuerza motora de saber qué pasa a continuación, de
querer pasar la página, la necesidad de seguir leyendo, aunque sea difícil,
porque alguien está en apuros y tenemos que descubrir cómo va a acabar todo…
ésa es una fuerza motora muy real. Y nos obliga a aprender palabras nuevas,
pensar pensamientos nuevos y seguir adelante. Descubrir que la lectura es
placentera en sí misma. Una vez que aprendemos eso, estamos de camino a leerlo
todo. Y la lectura es la clave. Hace unos años se planteó brevemente la idea de
que estamos viviendo en un mundo post-lector, donde la capacidad de dar sentido
a la palabra escrita es de alguna forma redundante. Pero esos días pasaron: las
palabras son más importantes que nunca; navegamos el mundo con palabras y a
medida que el mundo se va trasladando a la Web , tenemos que seguir, comunicar y comprender
lo que estamos leyendo. Las personas que no se entienden entre sí son incapaces
de intercambiar ideas, no pueden comunicarse. Y los programas de traducción no
llegan a tanto.
La forma más sencilla de asegurarnos de que criamos a niños competentes
desde el punto de vista lector es enseñarles a leer y enseñarles que la lectura
es una actividad placentera. Y esto quiere decir, en su fórmula más sencilla,
encontrar libros de los que disfruten, darles acceso a estos libros y dejar que
los lean.
...O, para expresarlo de otro modo, nuestros hijos y nuestros nietos tienen
menor competencia lectora y numérica que nosotros. Son menos capaces de navegar
el mundo, de comprenderlo para resolver problemas. Se les puede mentir y
engañar con mayor facilidad, serán menos capaces de cambiar el mundo en el que
se encuentran, serán menos empleables...
...Tenemos la obligación de leer en voz alta a nuestros hijos. Leerles
cosas que disfruten. Leerles cuentos que a nosotros nos cansan ya. De poner voces,
de hacerlos interesantes y de no dejar de leerles simplemente porque hayan
aprendido a leer por sí mismos. De usar los momentos de lectura en voz alta
como momentos para estrechar nuestra relación, como momentos cuando no estamos
pendientes del móvil, cuando las distracciones del mundo se aparcan.
...A Albert Einstein se le preguntó una vez cómo podíamos hacer más
inteligentes a nuestros hijos. Su
respuesta fue al mismo tiempo sencilla y sabia. “Si queréis que vuestros hijos sean
inteligentes”, dijo, “leédles cuentos de hadas. Si queréis que sean más
inteligentes, leédles más cuentos de hadas." Comprendía el valor de la
lectura, de la imaginación.
Iturria:http://hitzakpartekatuz.blogspot.com.es/
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